Ovidio Roca
En cada país y de acuerdo a sus características geográficas,
ecológicas y sociales, los gobiernos definen o deberían definir una estrategia
para su desarrollo en procura de lograr el bienestar social y mejorar la
economía de su población.
En el caso de nuestro país, es evidente que si no tomamos
en cuenta el campo y la actividad agropecuaria sostenible y modernizada, nuestros
pueblos y ciudades no tendrían vida. El campo por tanto es prioritario, pues es
el que nos da de comer.
Esto de priorizar la
actividad agropecuaria para garantizar nuestro sustento, es algo que el régimen
populista cocalero poco entiende, por lo que mantiene grandes carencias y
sesgos en la institucionalidad agroambiental. Igualmente y como gobierno ellos generan
gran inseguridad sobre la propiedad de la tierra y practican un desprecio por
la tecnología, conspirando así contra la agricultura, el medio ambiente, el
clima y el bienestar de las personas.
El Gobierno populista cocalero prioriza la coca y el
comercio. La coca es fundamental tanto para los que acullican como para los que
la pisan y aún más para los narcotraficantes que la comercializan. Son buenos dólares
para los gobernantes populistas.
Los Gobiernos populistas, estatistas y
enemigos de la libertad personal y de la economía de mercado, como parte de su gestión
se dedican a expropiar las empresas privadas y poner al frente de las mismas a
su gente en nada capacitada. Son los militantes del partido, a quienes como
recompensa por su compromiso político les entregan una empresa para manejarla y
lucrar de ella hasta quebrarla. Por supuesto las pérdidas de esas empresas
recaen sobre los bolsillos de los contribuyentes.
Hace poco el Presidente del Estado
Plurinacional Populista, decidió crear la Empresa Boliviana de Producción
Agropecuaria. Una empresa estatal con un
patrimonio de 140 millones de Bs. y con la intención de competir con el sector
privado.
Luis Arce creó esta Empresa estatal, indicando
que su objetivo es producir, procesar y transformar productos agrícolas y
pecuarios, además de comercializarlos en el mercado interno y externo. Esta
empresa será propietaria de las tierras fiscales, especialmente del oriente.
Una empresa estatal que seguramente será un fracaso, como todas las que el
masismo ha creado desde 2006.
El Gobierno cocalero sigue firme con
su plan de estatizar la actividad agropecuaria del país, así como como antes lo
había hecho Evo. Para lograrlo se dedica a crear inseguridad jurídica para la
propiedad de la tierra, prohibir las exportaciones del agro y alentar a los
grupos de choque, los interculturales que allanan propiedades y tierras
fiscales. Se trata de destruir la empresa privada y liquidar a los mestizos
opositores.
El gobierno cocalero al margen de la coca para pisar, no
se preocupa de las tecnologías para encarar la producción agropecuaria bajo el actual
cambio climático. Por su ideología anticientífica se opone a las semillas
transgénicas que pueden generar plantas resistentes a la sequía, a los insectos
y los herbicidas. Estas son semillas verificadas y certificadas
internacionalmente.
Siguiendo esta línea anticientífica y antiproductiva, Luis Arce abrogó el Decreto Supremo aprobado durante el
periodo de transición de Jeanine Áñez, que permitía el uso de transgénicos.
Otra muestra de este pensamiento anticientífico es el de las Plataformas
populistas, que hace poco presentaron una acción popular contra la
biotecnología. Son grupos ideológicos y ONGs populistas que adversan la moderna agricultura
y la tecnología que impulsa la actividad productiva. Lo que ellos hacen son
discursos y agendas ideológicas que rechazan la biotecnología y por eso les
pagan.
Al este respecto, vale
la pena recordar que Bolivia anualmente importa más de 300.000 toneladas entre
harina y trigo en grano desde Argentina, la misma que se producen con biotecnología y
semillas transgénicas.
El Gerente de la CAO manifiesto: “Son
cerca de 500.000 toneladas de granos que se pierden en verano por el efecto
climático y al tener acceso a la biotecnología se evitaría eso. Habría una
mayor producción de granos, mayores excedentes para destinarlos a las
exportaciones y mayor ingreso de divisas para la recuperación económica del
país”.
Poco entendemos y menos lo hace el Gobierno del MAS que
el futuro es ahora, y que el cambio climático es una realidad actual y que el
debate alrededor del cambio climático ya no está enfocado en la existencia o no
de este cambio, sino sobre la velocidad y gravedad de los impactos que traerá este
cambio climático a nuestra vida, nuestras costumbres y las maneras de producir,
cuidar el ecosistema, los bosques y habitar la Tierra.
ovidioroca.wordpress.com
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