Ovidio Roca
La evolución de nuestra
sociedad se da por un proceso pragmático de adaptación al entorno. Luego de
muchos años en algunas regiones y países se logró consolidar un modelo de convivencia,
de confianza, seguridad y respeto mutuo para todos y a eso lo llamamos
democracia, pues se refiere al pueblo y sus intereses comunes.
Lo que la experiencia y el sentido común nos han
enseñado durante este periplo es algo que aunque ahora casi todos sabemos, llegado
el momento de aplicarlo lo olvidamos. Y esto es, que para potenciar nuestra
economía y desarrollo social lo principal es la confianza, pues para trabajar e
invertir tiempo y dinero necesitamos contar con reglas del juego claras y
permanentes, vale decir seguridad jurídica:
En lo económico, necesitamos aprender a no gastar más de lo que se produce,
disminuir los gastos, reducir la burocracia, disminuir los impuestos.
Para nuestro desarrollo económico requerimos contar con un Plan de atracción de
inversiones y mecanismos efectivos para fortalecer el sector productivo y
especialmente en nuestro país, el agropecuario.
Implementar un plan educacional adecuado a esta fase tecnológica de nuestra historia,
que nos permita generar capacidades para innovar e ir adecuándonos a los
cambios, generando nuevas iniciativas y nuevos productos y servicios acordes a
la época.
Es fundamental para garantizar nuestra actividad
productiva, contar con abastecimiento energético, aumentar las reservas de gas
y avanzar hacia las energías renovables, eólica, solar y otras varias que hay
que ir descubriendo.
En cuanto a lo político ya contamos con información de
larga data y tanto del nivel nacional como internacional, de las buenas y malas
experiencias en la gestión de los diferentes gobiernos. Conocemos el tipo de
ideología y las políticas económicas que movió a los países para lograr el
éxito en la actividad productiva y vivir mejor. Y también cuales fracasaron.
El problema es que aún no tenemos claro lo que queremos y tampoco sabemos
buscar y elegir a quien nos pueda ayudar a entenderlo.
Aunque todos sabemos elegir a la persona idónea para
que nos preste un servicio: un mecánico, un cocinero, un peluquero; cuando
tenemos que elegir a la persona a la que le daremos el Poder de dirigir nuestra
vida y a la sociedad, no lo hacemos de manera racional y nos dejamos llevar por
la emoción y la ilusión.
Decía Einstein. “La
única forma positiva de avanzar es a través del establecimiento de una
asociación libre de hombres cuyo trabajo
y logros previos ofrezcan una
garantía de su capacidad e integridad”.
Siguiendo a Einstein, para elegir un dirigente de
cualquier orden debemos conocer sus antecedentes, la experiencia, los trabajos,
los logros previos e integridad de esta persona. No se trata de elegir a
alguien que habla bien y promete mucho, sino que tenga integridad, principios
éticos, sepa de su oficio y tenga experiencia.
En consecuencia lo que debería interesar a los
votantes en las elecciones gubernamentales es elegir a alguien, parte de un
equipo, que conozca la realidad económica y social del país, tenga experiencia,
principios y valores que generen confianza. Tenga un plan de gobierno y sea
capaz de elegir a la gente más idónea para cada tarea y especialmente sepa
trabajar en equipo.
Alguien que como siempre se aconseja, piense en lo global y actúe en lo local y
entienda que todo proceso sociopolítico debe orientarse prioritariamente hacia el
bienestar de las personas y el desarrollo de la regiones donde estas viven.
La receta de Pukymon, un
drástico economista liberal, para mejorar y ajustar le economía boliviana a
nivel macro es: Reducir el gasto público, parar la emisión monetaria, dejar que la
moneda se ajuste en el mercado, quitar las subvenciones a los combustibles, reducir
impuestos y tramitología para las empresas legales, no interferir en la
libertad económica empresarial, cerrar empresas estatales deficitarias, vale decir todas ellas,
despedir a los supernumerarios y “ajustarse los cinturones y aguantar los
corcovos”. Esto mientras paralelamente se generan condiciones para atraer
y radicar inversiones nacionales y extranjeras y así activar la producción y el empleo.
Para la gestión de
Gobierno y la administración de nuestra sociedad necesitamos de partidos
políticos serios, pues sin ellos la democracia no funciona y con los partidos
que tenemos actualmente, tampoco.
Los actuales partidos políticos bloqueados y destrozados por el sistema
dictatorial del populismo cocalero, por ahora carecen de seguidores dispuestos
a asumir su responsabilidad y comprometerse con el destino del país.
Además estos partidos con escasa militancia tienen problemas para su gestión de
financiamiento, están atrasados en tener un programa consistente de gestión, que
además de viable sea creíble. Un programa que oriente las acciones en procura
de implementar soluciones adecuadas, especialmente para este mundo digital y
tecnológico que vivimos, e inmerso en un cambio climático que cambia todo lo
que conocemos, desde donde, cuando y como producir.
Se está fallando también en la capacidad de llegar y de representar a la
ciudadanía dándole un mensaje de entusiasmo, seguridad y viabilidad para
construir una vida mejor y bajo un sistema democrático que respeta a las
personas.
Todos nosotros y desde nuestra zona de confort comentamos
que las cosas van mal, pero no solamente necesitamos que se evidencie esta
situación, sino que también necesitamos la evidencia de que existe una
alternativa para salir adelante. Y para que esto funcione necesitamos como
ciudadanos, comprometernos y tomar decisiones para conducir nuestro país y su
economía por buenos rumbos, eligiendo gente idónea para conducirlo.
ovidioroca.wordpress.com
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