Ovidio Roca
Nos ilustra Orwell: “Borra la memoria y el futuro será tuyo”,
y continua: “Quien controla el presente
controla el pasado, y quien controla el pasado controlará el futuro”.
Estamos viviendo en un
mundo Orwelliano y Linerista (nuestro sapiente, epónimo); en una
sociedad donde se manipula la información, se maneja la propaganda, se practica
una activa vigilancia personal y digital y se ejerce una permanente represión
política, social y policial sobre el ciudadano. Un mundo de inseguridades, medias verdades y grades
falacia; en el cual la necesidad de sentirse protegido y formar parte de
un grupo se impone, y esto implica estar dispuesto a ponerse al servicio y bajo
la protección de los jefes masistas.
La vida en sociedad y especialmente en las sociedades
pobres y poco institucionalizadas, es difícil y complicada, por lo que en
nuestra vida cotidiana y sujetos a muchas presiones nos dejamos llevar por las
emociones; temores, amores y odios; es decir por nuestros instintos primarios y
de supervivencia. Aun peor, cuando las personas están en grupo y bajo presión,
pierden su razonamiento personal y actúan bajo una mente colectiva, como una manada
y esto nos hace comportarnos de maneras irracionales y agresivas, que luego resultan
trágicas y patéticas.
Esta mentalidad y comportamiento de manada de la
población es conocido por los políticos y utilizado por los intelectuales populistas para manipular al
pueblo, una actividad en la que son maestros, y ahora que vivimos en el mundo
del Homo Smartphone, del Facebook, de las Redes Sociales y los Medios de Comunicación,
es un campo por demás adecuado para el uso del lenguaje populista y la
demagogia como instrumento de dominación.
Los regímenes populistas nos espían permanentemente y ahora
nosotros les facilitamos el trabajo, pues nos espiamos a nosotros mismos con
nuestros selfies en Facebook, Guasap; ofreciendo información de lo
que pensamos, opinamos, donde y con quien nos reunimos, y esto con fechas y coordenadas
exactas.
En este entorno de mentalidad de manada,
el discurso populista encuentra un excelente espacio de acogida para fácilmente
adocenar y engatusar al pueblo, utilizando mañosamente el lenguaje del doble
pensar y de esta manera dan credibilidad a sus mentiras y menosprecio a la
verdad.
Orwell explica el doble pensar y
dice que es: “Estar consciente de lo que es realmente verdad, mientras se dicen
mentiras cuidadosamente elaboradas. Sostener simultáneamente dos opiniones
sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas”.
Nota publicitaria: A los mejores intelectuales doblepensantes del
masismo los podemos escuchar semanalmente en Diálogos de Panamericana. El
Linera, que es uno de los mejores, nunca apareció.
El modelo político, la estrategia y la receta del
gobierno populista cocalero, tiene como objetivo único apropiarse del poder y
manejar dictatorialmente a la población, y utilizan como su base económica a la
coca, el contrabando y el narcotráfico.
Para el cumplimento de esta
estrategia tienen como apoyo a la Justicia masista, en la cual es el Gobierno quien decide quien es
culpable. Este tipo de decisiones son las normales cuando se
maneja la justicia a su antojo y se tiene jueces y fiscales a su servicio, como
en Bolivia, Cuba, Venezuela, Nicaragua y la lista sigue.
Para garantizar este tipo de justicia, el gobierno populista cocalero se empeña en poner a
los personajes más mediocres y corruptos, pero absolutamente sumisos en cargos
de jueces y fiscales cobrándoles la factura por el cargo, con sus lealtades para
perseguir a sus opositores políticos. En este ambiente surgen Consorcios de abogados, políticos y
jueces, los que rápidamente se enriquecen.
Estas son las pegas del Gobierno populistas cocalero y
exclusivas para sus militantes, y no existe ningún empleo en esta área para los
profesionales idóneos, pues de lo que se trata es tener militantes que los
ayuden a servirse del país y no para servir a la población.
El Gran Hermano Evo, sus asesores internacionales y
sus ayucos criollos cambian diariamente la historia y a su gusto y placer; practican
asimismo el doblepensar, la negación de la verdad.
Ellos cambian el pasado y fabrican la posverdad, inventando cada vez una nueva
historia, la misma que utilizan para cargar las culpas de todo lo peor a los otros,
por ejemplo al Gobierno de Jeannine.
Vale la pena leer 1984 de Orwell para entenderlo mejor.
ovidioroca.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario