Ovidio Roca
Ahora por la pandemia vivimos en reclusión, aislados,
temerosos, todos tras una máscara y sin contacto humano, lo que no es nada
atractivo y peor aún, con la muerte que nos ronda. Esto reivindica el derecho
humano de vivir y morir con dignidad.
La vida es un derecho y
no una obligación, nadie puede obligar a otra persona a vivir en contra de su
voluntad, por lo que la Eutanasia es un derecho de toda persona
y es criminal practicar quimioterapia, entubar a un enfermo terminal y
mantenerlo por meses y años sufriendo; en algunos casos para lucrar de esta su
condición. Lo humano es ayudarlo a morir bien y a descansar en paz y esto de
descansar en paz, más que un anhelo es un derecho.
La Eutanasia ha adquirido forma jurídica en por lo
menos una decena de países occidentales y en estos se permite tanto la
eutanasia como el suicidio asistido, cuya diferencia de quién ejecuta la
acción.
Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia en el 2002 y hace
poco vimos que el Congreso español aprobó por mayoría el proyecto de ley
de la eutanasia, que despenaliza y regula por primera vez en España la
ayuda médica para morir.
Tenemos el derecho a optar por una muerte más digna,
más libre, menos dolorosa. Morir cuando es ya inevitable y apoyado con los
recursos médicos disponibles (sin dolor, con un esquema de sedación paliativa,
si se requiere) puede ser un alivio, una suerte de liberación para el paciente
y sus familiares. Lo verdaderamente inhumano, es una agonía prolongada, dolorosa
y muy costosa en términos económicos y emocionales.
Un mate de cicuta mientras se charla con Sócrates y
los allegados es lo ideal.
ovidioroca.wordpress.com
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