EDUCACIÓN, CIENCIA Y CULTURA
Ovidio Roca
El avance de la ciencia nos proporciona las
condiciones materiales y calidad de vida. La cultura y los valores, la
posibilidad convivir felizmente en sociedad; por lo que es correcto y
conveniente ir de la mano de la ciencia y la cultura.
Los avances de la ciencia pueden solucionar o paliar
varios problemas que afectan a la humanidad, como enfermedades, carencias, etc.
Con los avances en el manejo del genoma pronto se podrá conseguir inmunidad
contra varias enfermedades, como el cáncer y la vejez. Hay también importantes
avances en la búsqueda de nuevas fuentes de energía limpia, económica y
renovable. Con energía disponible y barata será posible solucionar los déficit de agua potable, etc. La mayor y mejor producción de alimentos también tiene un
firme aliado en los desarrollos científicos y tecnológicos.
Por lo contrario, donde hasta ahora no hay avances
sino retrocesos es en aquello que tiene que ver con la actitud de las personas,
con su comportamiento ético, con esa desmedida obsesión por el poder y la
manipulación de la política para conseguirlo que conduce a la violencia y las
guerras. Así mismo esa búsqueda de la riqueza fácil y del placer sin límites,
conduce a las drogas y su tráfico, generando delincuencia, violencia doméstica
y ciudadana.
La respuesta es construir una cultura de
convivencia, de respeto al prójimo y eso implica una educación amplia y sin
sectarismo de ningún tipo, la que se inicia en el hogar, con el ejemplo de los
padres y con principios y valores éticos. Luego en la escuela se afianzan esos
valores y se introducen las bases de la ciencia, la lógica de las matemáticas y
la lectura comprensiva, que enseñan el buen pensar y la obtención del
conocimiento
Un artículo de Laura Plitt, en BBC Mundo, nos
explica el secreto de uno de los mejores sistemas educativos del mundo, el de
un país pequeño y sin recursos naturales, que basa en la cultura, en el ámbito
del conocimiento las posibilidades de competir con éxito en una economía
global.
Finlandia tiene uno de los mejores niveles
educativos del mundo, en las evaluaciones internacionales (PISA) sus
estudiantes ocupan el puesto número dos en ciencia, el número tres en lectura y
el número seis en matemáticas. Es además uno de los países con los menores
niveles de criminalidad y delincuencia.
No es de los países que más invierten en educación
(menos del 7% del PIB), ni los que imponen la mayor carga horaria a los niños
en las escuelas (608 horas anuales lectivas en primaria en comparación con 875
de España, por ejemplo).
Tampoco se inclinan por dar cantidades excesivas de
tarea para la casa; y, a la hora de evaluar formalmente el éxito del proceso de
aprendizaje, un par de exámenes nacionales cuando los jóvenes dejan la escuela,
a los 18 años, les basta.
El secreto está en la calidad de los profesores. El
profesorado tiene un nivel de formación extraordinaria, con una selección
previa tan exigente que no se compara con ninguna otra en el mundo.
Es la de profesor una profesión que atrae a la gente
y probablemente sea la más valorada, porque ser maestro es un honor en
Finlandia.
Pero la escuela es sólo uno de los engranajes del
proceso educativo. Las otras variables de peso son la familia y la sociedad (de
tradición luterana) donde hay un elevado sentido de la responsabilidad y donde
se valora a las personas "por su formación y no por su situación
socioeconómica".
En los últimos años paralelo a la
anomia, se ha venido perdiendo el concepto de autoridad en el sentido que lo
define el diccionario de la RAE, "prestigio y crédito que se reconoce a
una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en
alguna materia". Al respecto, de mis épocas de escuela ( Colegio Seminario
de Santa Cruz), recuerdo que los profesores eran considerados los personajes más
destacados y respetados de la comunidad. En la actualidad, por lo contrario, la
percepción ciudadana es la de una profesión mal pagada y donde se refugian los profesionales
menos calificados y respetados por la comunidad. Pensemos para el bien de
nuestros hijos y nietos, hacer algo como en Finlandia.
ovidioroca.wordpress.com
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