jueves, 27 de marzo de 2025
BIEN COMÚN CON SENTIDO COMÚN
Ovidio Roca
“La política no debería ser solo una lucha por el poder, sino un intento de resolver los problemas comunes y buscar el bienestar general”. Pukymon.
Zapatero a tus zapatos.
Buscando protegernos nos llenamos de normas, pero el problema no es la existencia de normas pues hay buenas normas y algunas son útiles. El problema es su exceso sin límites.
Hemos construido sistemas administrativos que sólo pueden justificar su existencia produciendo cada vez más normas, cuya suma total nos obliga a vivir avasallados y oprimidos. Son sistemas manejados generalmente por gente inepta y sin principios éticos.
La mayoría de estas normas son muy exageradas o injustificadas, otras muchas son fuente de enriquecimiento de la burocracia pública. Todo el mundo es consciente de ello, hemos burocratizado todo, pero no se hace nada para oponerse a ello.
Tenemos un Estado que cuenta con Instituciones soberanas que regulan la vida de los pueblos y los ciudadanos, en el ámbito de un territorio nacional. Las funciones de este Estado son varias y muy amplias:
La defensa e integridad territorial de la Nación así como del monopolio de la fuerza pública, las relaciones exteriores del país, la protección de la vida, la seguridad jurídica, la libertad y los bienes de sus habitantes, la administración de justicia, la educación y la salud, sin intervenir en el ámbito de la actividad empresarial de las personas.
Para administrar la complejidad del Estado se necesita de Estadistas, gente que tenga formación y experiencia en administración, economía, política internacional, manejo de equipos profesionales y especialmente principios y valores éticos. Sin embargo los dirigentes que hemos elegido y tenemos últimamente son un Cajero y un Cocalero.
El Cajero hace bien su trabajo, cada vez que entran esos cochinos dólares en la caja, él la deja limpia. El cocalero hace muy bien el suyo y en el Chapare prosperan los sembradíos de coca y se la industrializa para llegar al mercado mundial. Pero ambos no tienen capacidad ni interés en solucionar los graves problemas del país.
El Sentido Común, el menos común de los sentidos.
Usando el sentido común y superando nuestros miedos, podemos descubrir el principio vital de nuestra existencia y así vivir plenamente. El primero y más poderoso de estos principios es la sed de libertad: Vivir libre. El segundo principio, valioso e íntegro: El amor a la vida.
Una sociedad se enfrenta a dos tipos de leyes: Justas e Injustas y el ciudadano no solo tiene la responsabilidad legal, sino también moral, para obedecer las leyes justas. Pero fundamentalmente tiene la responsabilidad moral y cívica, para desobedecer y eliminar las leyes injustas.
Como ciudadanos responsables tenemos que asumir, que para avanzar tenemos que ser capaces de ¡decir no!, a todo lo que degrada nuestra humanidad y estar dispuestos a pagar el precio requerido, porque el mayor riesgo de todos es la libertad.
Conocemos que el principal problema que tenemos en Bolivia es el Gobierno del MAS y su gente, y si no los cambiamos nada va a solucionarse. Lo lamentable es que no logramos unirnos, trabajar juntos y respetar nuestro compromisos.
Utilizando el sentido común, tenemos que entender que si no cambiamos la Receta y al Cocinero, el locro será incomible.
Narco Estados latinoamericanos, los discursos distraccionistas y la coca.
Bien común es aquello compartido por y para beneficio de todos los miembros de una comunidad y esto en sentido general y no sólo físico o económico. Abarca también el conjunto de las condiciones de vida social con las cuales los seres humanos, familias y la sociedad pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propio concepto de perfección.
Contrario a esto, la Política que los Gobiernos populistas afectan al bien común y favorecen a sus seguidores que gustan vivir de la manga y de la coca. Estos Gobiernos se convierten en Narcoestados y su relación con los narcotraficantes, es como ellos mismos dicen: “Abrazos y no balazos” y esto lo repiten y aplican los gobiernos de México, Bolivia, Colombia, Venezuela. En Bolivia para mostrar su firmeza realizaron la expulsión de la DEA para que no “hostiguen” a los cocaleros.
Petro el ex Guerrillero, es un filósofo Sofista y él enseña: “La cocaína no es más mala que el whisky, lo que sí le cayó mal a Estados Unidos es el fentanilo, este sí los está matando y como no se lo fabrica en Colombia, allá está y sin mayores políticas en contra”.
ovidioroca.wordpress.com
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