Ovidio Roca
La banda de los cinco castrochavistas, en Cuba,
Venezuela, Nicaragua, Argentina y Bolivia, usando figuras democráticas como las
elecciones, instaura un nuevo tipo de dictadura solapada; el populismo,
destinada a controlar el poder, destruyendo la libertad, aboliendo la verdad,
negando la realidad, propagando el odio
y suprimiendo la historia para reescribirla a su gusto y sabor.
Cuando los partidos populistas toman el poder y el
aparato del Estado, inmediatamente colocan a sus militantes como funcionarios
públicos a su servicio. Estos funcionarios populistas viven prendidos a las
pegas del Estado como sanguijuelas y se van apoderando y chupando el aparato
del Gobierno, con la ingenua o estúpida complacencia del pueblo (irónicamente
el soberano).
Los populistas cocaleros en realidad no hacen gestión
de gobierno, no buscan ni se preocupan de solucionar los problemas y carencias de
la sociedad, solo se enriquecen mientras les echan la culpa de todo a los
anteriores gobiernos. Su receta exitosa en Bolivia y por la que permanecen en
el poder es la coca y la economía ilegal, bajo total impunidad.
El sentido común nos dice que lo
correcto y constructivo en una autoridad gubernamental, es hacer una
autocrítica integral de su gestión y no sólo criticar del predecesor como
causante de todos los males, pero esto no es cool.
Ellos manejan
su propaganda dirigida, no a la persona sino a la masa, en la cual la
personalidad del individuo se diluye y queda envuelta en falacias, falsas
expectativas y las esperanzas comunes que las sustentan.
Manipulan a la población hasta llevarlos a la desesperación, jugando con
sus necesidades, miedos y resentimientos, para que luego busquen la protección
del caudillo el que la induce a la confrontación contra los opositores en
base a odios y mentiras.
En los sistemas
socialistas y comunistas, el modelo económico es absolutamente sui géneris y las
compras de bienes y servicios se orientan según una lógica distinta a la del
mercado.
La doctrina del Partido comunista, parte del Principio de la satisfacción de
las necesidades básicas para absolutamente todos los habitantes, cosa que nunca
cumplieron. Según el modelo, estas necesidades tienen que ser satisfechas por
empresas del Estado y a precios subvencionados, los que no reflejan el
verdadero valor, es decir el valor del mercado mundial.
Los precios de las mercancías son determinados exclusivamente por el Estado en
base presunciones de los costos de producción y no a su demanda en el mercado.
Esto conduce a que productos muy solicitados desaparecen de las tiendas y luego
se venden en el Mercado Negro al triple de su precio oficial. O que productos
subvencionados (esto lo hemos visto en Cuba) como el pan, son comprados en
cantidad para alimentar a gallinas y chanchos. O que el gas, cuyo precio es
irrisorio, se lo deja ardiendo sin sentido; total no cuesta nada. Resultado de
este modelo quebró la URSS, Cuba y todos los que lo aplican.
El Populismo cocalero vivió feliz durante su periodo
de gobierno, una época de vacas gordas y sin coronavirus chino. En este periodo
los ingresos del país, gracias a los altos precios del gas y los minerales, fueron
los más altos de toda la historia nacional sumando en diez años alrededor de
US$ 130.000MM.
Se endeudaron lo mas que pudieron y como resultado de su destroza gestión y
latrocinio, actualmente la deuda externa de Bolivia alcanza los US$ 11.267MM,
casi cinco veces más que la de 2006, cuando el cocalero Morales llegó al poder.
Una deuda externa que el Presidente Arce contrajo como Ministro de Economía del
cocalero.
Ahora están intentando aplicar la maravillosa formula
populista, que indica que cuando la deuda es muy grande lo único que debe
hacerse es aumentarla. En consecuencia se busca nuevo endeudamiento a través de
préstamos y emisiones de deuda. A su vez Lucho le pide a la comunidad
internacional que se conmueva con este país pobre e indígena y usa como postal,
la cara del Vice aimara Choquehuanca.
Bajo el populismo el control totalitario del poder, se
basa en el odio, los dólares y las armas. En Bolivia se lo hace con el discurso
de odio; la coca, el narcotráfico, el contrabando (dólares) y el apoyo de las
fuerzas armadas y de los cárteles internacionales (armas).
ovidioroca.wordpress.com
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