Es por demás paradójico, que los políticos que manejan un discurso socialista son los que luego en el gobierno, generan la mayor pobreza para sus pueblos. Una explicación es que aman tanto a los pobres que hacen todo lo posible para que haya muchos mas, y de verdad que lo logran.
La Fundación Ethos, en su reciente Informe sobre la pobreza (17/05/2011), analiza ocho países latinoamericanos (considerando tanto la pobreza en los hogares, como carencias en el entorno institucional), y los califica en el siguiente orden descendente: Chile, Brasil, México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador y el paupérrimo, Bolivia.
Esta lista y cualquier otra del mismo tipo que construyamos, nos mostrara que los países que adoptan una economía de marcado son los más prósperos, sus ciudadanos los más libres y donde paulatinamente todos mejoran su ingreso; mientras que los países que siguen la senda del comunismo y en su caso del llamado Socialismo del Siglo XXI, son cada vez más indigentes.
En el paraíso comunista cubano, su dirigencia recuerda con pavor la gran crisis de los años noventa (el periodo especial) cuando se hundióla Unión Soviética, su anterior fuente de subsidio y por eso hacen diarias rogativas para que Chávez no se muera, pues con él se acaba la dadiva petrolera que les ayuda sobrevivir precariamente.
Previendo la catástrofe y en un afán desesperado, los Castro sin reconocerlo oficialmente, después de cincuenta años de comunismo está volcándose a la economía capitalista, “permitiendo” que la gente use su iniciativa para trabajar y producir privadamente. En estos momentos, también están pensando autorizarles el vender, alquilar y heredar sus casas y vehículos. Y este desastre, es el modelo que tienen como guía nuestros gobernantes para “vivir bien”.
Es preocupante, que pese a los conocidos y reiterados fracasos del modelo comunista hay en nuestra población (especialmente entre los más pobres y los menos educados e informados) la ilusión y el deseo de una solución fácil; que llega desde arriba y ofrece repartirles la propiedad de los otros y dar solución a todos sus problemas. La necesidad se convierte entonces en la fuente del derecho y ante la aguda anomia vigente se institucionaliza la técnica del bloqueo (por cocaleros y piqueteros), para exigir su parte de la torta, a la que no hay que contribuir para elaborarla, solo repartirla.
Países con solidez institucional, como Chile y Brasil han tenido gobiernos socialistas, que de ninguna manera han interferido en la economía de mercado, ni ahuyentado la inversión nacional y extranjera. Han mantenido las reglas del juego democráticas y la libre competencia. Han dejado que la economía funcione y contando con recursos han ejecutado programas de mejoría social, salud, educación y generación de empleo.
Por el contrario, los socialistas Siglo XXI son fanáticos de la intervención del Estado: en la producción, instalando deficitarias empresas estatales; en el comercio, prohibiendo las exportaciones y estableciendo bandas de precios de los productos. Quieren regular la vida y la propiedad de la gente buscando desde el gobierno central decidir lo que se produce, lo que se consume, los precios de los bienes y servicios y con ello seguramente seguirán de tumbo en tumbo, porque el control estatal de la economía jamás ha generado otra cosa que no sea escasez y miseria.
Un ejemplo patético en Bolivia es EMAPA; se estrenaron comprando el azúcar de los Ingenios privados a 4.30 Bs. el Kg. y lo almacenaron generando una tremenda especulación, ocultamiento y colas inmensas. A los pocos días usando “la mano visible” del gobierno subieron el precio a 7.50 el Kg.
La propaganda gubernamental proclama que las tiendas y empresas estatales, venderán los productos a “precios justos”. Y pese a que EMAPA hace competencia desleal a los gremiales y comerciantes, pues recibe subsidios para pagar alquileres, sueldos, impuestos, costos financieros, publicidad y cuentan con ventajas y exenciones para la importación; es ineficiente e insostenible.
Como corolario, podemos afirmar que con el Socialismo del siglo XXI, los países bolivarianos lograrán la igualdad social cuando todos y cada uno de sus habitantes sean igualmente pobres. Jallalla Bolivia???
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