Bolivia se fundó sobre la base de la plata de Potosí y el poder político de Charcas; se refundó por el poder económico del estaño y el poder político que esa minería ejercía desde La Paz. EstaBolivia se circunscribía a las ciudades de Potosí, Sucre,La Paz, Cochabamba y las explotaciones mineras y el pongueaje agrícola que suministraba alimentos y mano de obra. Es a partir de la revolución nacional, que el país crece con la incorporación del oriente y los llanos a la vida económica y política del país.
Con sus luces y sombras, clases, grupos y partidos políticos intentaron construir un país, pero lamentablemente sobre la base de la exclusión social y la apropiación privada de los recursos del Estado. Luego de 180 años de vida republicana, el nuevo siglo nos encuentra en una fase de agotamiento de las clases hegemónicas e inmerso en una aguda anomia social.
El poder económico deLa Pazse fue diluyendo lentamente, sus grupos de poder perdieron sus tierras y el poder que estas dan, perdieron la minería – ahora actúan como gestores y representantes de transnacionales -, perdieron el comercio y la industria – ahora en manos de una clase emergente, el emprendedor andino. Solo le quedan los ingresos del usufructo del Estado, maravillosa maquinaria del poder y riqueza, aunque ya tremendamente esmirriado.
En compensación, enLa Paz, ha surgido una nueva clase de comerciantes, la vemos enla Uyustus,la Eloy Salmón, y en sus redes que abarcan todo el país, una clase emprendedora con la manufactura en El Alto, que llega con sus productos a Europa y los Estados Unidos – clase en si – como dirían los marxistas, pues aun no consolida su proyecto político.
Este grupo social y económico, convive entre dos mundos: con su éxito se desliga de su raíz rural y de su comunidad de origen y no logra acceder a los círculos de representación que aun conserva la clase tradicional paceña, que los excluye cultural y socialmente. No los vemos, aunque tienen el capital, enla Federaciónde Empresarios ola Cámarade Industrias; transitan y se pierden apoyando proyectos políticos que no son los suyos, y gastan dispendiosamente su dinero celebrando presterios para congraciarse con sus comunidades de origen.
El relativo éxito económico que ha tenido Santa Cruz ha sido producto, entre otras cosas, de valorar el éxito económico y profesional, como fuente del ascenso y reconocimiento social, lo que ha permitido que migrantes de todas partes, puedan lograr notoriedad y adscripción social. Espero que así siga, pues este fue el camino del sueño americano y su tremenda prosperidad.
A su vez, en Santa Cruz, aun no se ha logrado construir una base industrial y de servicios que le permita impulsar su potencial de recursos naturales con competitividad y vinculación con mercados ampliados. La clase dominante todavía esta enraizada a la tierra, que es su fuente de capitalización primaria, lo que no le permite aun consolidar un poder económico y liderazgo efectivo. De esta manera al igual que el capitalismo andino aun no logra consolidar su proyecto político regional y nacional.
Ante esta debilidad y ausencia de hegemonía, la solución que se percibe es construirla desde las regiones y establecer alianzas departamentales para impulsar el nuevo país productivo y competitivo, lejos del tradicional lamento boliviano que hecha la culpa de sus problemas al vecino cercano o lejano. La tarea de Santa Cruz es no caer en la exclusión y coordinar con sus pares del ande, del valle, de Tarija y los llanos en un proyecto modernizante, basado en la propiedad privada – que es el espacio donde el ciudadano se construye y desarrolla sus responsabilidades y derechos – y el compromiso social y ambiental que le garantice la sostenibilidad y el progreso para todos los ciudadanos.
El desafío es evitar el fascismo indígena y populista, esa fuga al pasado, al mito socialista y estatista, que propugna el MAS y que es contrario a cualquier posibilidad de desarrollo e integración nacional, así como a la inserción a la globalización económica y cultural, rumbo hacia donde apuntan los proyectos emprendedores y productivos de la región andina y el oriente, aunque al parecer no lo saben.
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