martes, 20 de noviembre de 2012

PERTINENCIA DE LA UTOPIA



PERTINENCIA DE LA UTOPIA

Ovidio Roca

NUEVA ECONOMIA PLURINACIONAL (NEP)

El Gobierno gasta millones de dólares en convencernos que la NEP es un tremendo éxito del Estado plurinacional. Deberíamos preguntarnos cuales son las bondades de este nuevo y maravilloso modelo de desarrollo, pues salvo los sectores informales el resto no están felices con el. Lo que vemos es una economía extractiva que no crea  riqueza y si violencia, lo que hace es vender lo que existe en la naturaleza, el capital natural; vendemos el gas y los minerales que irremediablemente se acabaran y mientras mas vendamos mas pronto llegara el colapso; también destruimos los bosques por la madera o para la coca, y con estas actividades extractivas generamos poco empleo. La fabricación de mocochinchi seguramente genera más puestos de trabajo y muchos más cuando “los guerreros del arcoíris” erradiquen la Coca Cola.
En conclusión, el aparente éxito de la NEP se logra a costa de “vender las joyas de la abuela”, las joyas de la madre tierra, y las hojas procesadas de la coca nostra.

Y este no es un problema exclusivo de Bolivia sino, con matices, los de la economía de consumo global, que con su insensato crecimiento esta  destruyendo la naturaleza, la belleza, lo que es agradable para vivir, produciendo además una avalancha de basura, de desechos, de contaminación y cometiendo un flagrante ecocidio.

INVIABILIDAD DEL MODELO CONSUMISTA

El ciudadano común se siente afectado por los impactos de su entorno inmediato, la falta de empleo, la pobreza, las enfermedades, la contaminación del aire, del agua, la basura, el calor y la sequía, pero no lo relaciona  con el problema socio ecológico global y poco le importa la naturaleza, aun en algo cercano para nosotros en Santa Cruz, como la acelerada destrucción de la Reserva Forestal del Chore, del Parque Amboró o la desaparición del manechi del Sara y la paraba azul.

Por ahora los turistas disfrutan del paisaje, de los ríos y las playas limpias, del bosque exuberante y diverso. Recién cuando se lo destruye o contamina, tanto el empresario hotelero como nosotros entendemos el valor de la naturaleza.

Los bienes más importantes para nuestra vida, el aire, el agua, el clima, la biodiversidad, el paisaje, son bienes libres y al serlo no tienen precio y por tanto no son valorizados ni cuidados y peor aun, como en el proceso productivo no se los costea,  no se internaliza el valor de estos bienes libres, disfrazando así la ineficiencia de las empresas y del actual proceso productivo. La lluvia, por ejemplo, vale mucho y cuesta nada.

El objetivo de las empresas debería ser el lograr su  ganancia produciendo las cosas esenciales que se necesitan para el bien vivir. Pero una economía en permanente expansión, con el afán de vender se necesita crear demanda artificial mediante la propaganda y vender lo que es más lucrativo. Producimos más cosas superfluas que las realmente esenciales; se fabrican bienes con periodos de obsolescencia cada vez más cortos y eso contribuye al despilfarro de materias primas y la generación de desechos. Se producen miles de productos inútiles, pero aquellos bienes necesarios, los que no están acompañados de demanda monetaria no se producen.

DESARROLLO SOSTENIBLE

Ante la inviabilidad de este modelo depredador surgió la idea del Desarrollo Sostenible que se contrapone a la idea del crecimiento ininterrumpido. El Desarrollo Sostenible no es una mera preocupación romántica por el entorno, los pajaritos y las flores; es una exigencia de futuro y bienestar para la humanidad, una exigencia para no retornar a situaciones de carencia extrema.
Tampoco se trata de mitificar el pasado, como el retorno a las comunas y sistemas agrícolas primitivos. La realidad es que la agricultora itinerante de tumba y quema, destruye el bosque y logra rendimientos agrícolas miserables (salvo que se siembre coca) que perpetúan la pobreza, y a costa de un inmenso deterioro ambiental.

Se trata realmente del presente y de nuestro futuro, y por ello es imperativo utilizar la ciencia y tecnología para lograr una producción limpia y sostenible, que use cada vez menos materias primas.

Las recomendaciones del Desarrollo Sostenible, de cómo actuar y que hacer,  han sido presentadas en múltiples estudios y foros y tienen que ver con el control poblacional,  con modificar el enfoque de la estructura del consumo de bienes y usar los recursos de manera responsable.

Se propugna esencialmente una economía, que no consuma los recursos renovables por encima de su tasa de regeneración; recursos no renovables por encima de su tasa de sustitución y vertido de residuos por encima de sus posibilidades de asimilación.

Aplicar procesos productivos que internalicen los costos sociales y ambientales y muestre el verdadero valor de los bienes producidos. Una economía que privilegie los productos con valor agregado generado por el trabajo y la innovación tecnológica.

Aplicar procesos de producción más eficientes, aumentar el reciclaje y la reutilización y conseguir una mayor eficiencia energética, para ahorrar materias primas y energía.

Como estas medidas disminuyen el consumismo y por tanto frenan la producción industrial como la conocemos; surge inmediatamente la preocupación de como generamos empleo e ingresos para las personas en una economía que no crece permanentemente.

Un camino es promover una economía de consumo material reducido e inmaterial masivo (mas software que hardware), usando las modernas tecnologías para dar satisfacción a las reales necesidades humanas.

Como el Estado no conoce el coste real de su intervención, actúa sistemáticamente de forma ineficiente e irresponsable, y como consecuencia gran parte de los gastos de los consumidores y de las administraciones públicas, se dedican a corregir o evitar los males causados por la propia economía y no a producir bienes y servicios esenciales.

En consecuencia se debe propender hacia el Estado mínimo a través de la descentralización autonómica y municipal a todos los niveles, asociándose luego a nivel global y por encima de las fronteras para lograr los más variados fines al margen y fuera de los Estados.

La especulación financiera y bursátil es la causa de las grandes crisis, por lo que es necesario establecer una banca libre, donde sus agentes  estén sometidos y cumplan estrictamente las normas y principios tradicionales del derecho y un sistema de banca con un coeficiente de caja del 100% para los depósitos a la vista.

Es necesario modificar las pautas del trabajo, por ejemplo, ampliar (como lo sugiere Carlos Slim) las horas de trabajo a doce por día y reducir los días de trabajo a tres por semana, con el consiguiente ahorro de energía y liberación de tiempo para dedicarse entre otros oficios creativos y recreativos, por ejemplo trabajo por Internet y donde sea  posible, cultivos familiares de autoconsumo.
El progreso que anhelamos es para vivir mejor, no para vivir peor durante más tiempo, y el error surge cuando confundimos crecimiento con progreso. Una economía que necesita crecer permanentemente es inviable en un mundo de recursos limitados.

Es una economía que tiene similar comportamiento al andar en bicicleta, si se detiene o dejamos de pedalear, caemos; por ello el reto es revisar el modelo económico y tecnológico, promover pautas éticas y avanzar aprendiendo de los errores; se trata de un esfuerzo sostenido y de largo plazo pues debe actuar sobre el natural comportamiento egoísta de las personas.

Construir un mejor presente y futuro es responsabilidad de las elites intelectuales, morales y las familias, trabajando sobre la mente y el corazón de las personas, empezando con los niños, creando conciencia para conservar el ecosistema del que somos parte.