PERTINENCIA DE LA UTOPIA
Ovidio Roca
NUEVA ECONOMIA PLURINACIONAL (NEP)
El Gobierno gasta millones de dólares en
convencernos que la NEP
es un tremendo éxito del Estado plurinacional. Deberíamos preguntarnos cuales
son las bondades de este nuevo y maravilloso modelo de desarrollo, pues salvo
los sectores informales el resto no están felices con el. Lo que vemos es una
economía extractiva que no crea riqueza y
si violencia, lo que hace es vender lo que existe en la naturaleza, el capital
natural; vendemos el gas y los minerales que irremediablemente se acabaran y
mientras mas vendamos mas pronto llegara el colapso; también destruimos los
bosques por la madera o para la coca, y con estas actividades extractivas
generamos poco empleo. La fabricación de mocochinchi seguramente genera más
puestos de trabajo y muchos más cuando “los guerreros del arcoíris” erradiquen
la Coca Cola.
En conclusión, el aparente éxito de la NEP se logra
a costa de “vender las joyas de la abuela”, las joyas de la madre tierra, y las
hojas procesadas de la coca nostra.
Y este no es un problema exclusivo de Bolivia sino,
con matices, los de la economía de consumo global, que con su insensato
crecimiento esta destruyendo la
naturaleza, la belleza, lo que es agradable para vivir, produciendo además una
avalancha de basura, de desechos, de contaminación y cometiendo un flagrante
ecocidio.
INVIABILIDAD DEL MODELO CONSUMISTA
El ciudadano común se siente afectado por los
impactos de su entorno inmediato, la falta de empleo, la pobreza, las
enfermedades, la contaminación del aire, del agua, la basura, el calor y la
sequía, pero no lo relaciona con el problema
socio ecológico global y poco le importa la naturaleza, aun en algo cercano
para nosotros en Santa Cruz, como la acelerada destrucción de la Reserva
Forestal del Chore, del Parque Amboró o la desaparición del manechi del Sara y la
paraba azul.
Por ahora los turistas disfrutan del paisaje, de los
ríos y las playas limpias, del bosque exuberante y diverso. Recién cuando se lo
destruye o contamina, tanto el empresario hotelero como nosotros entendemos el
valor de la naturaleza.
Los bienes más importantes para nuestra vida, el
aire, el agua, el clima, la biodiversidad, el paisaje, son bienes libres y al
serlo no tienen precio y por tanto no son valorizados ni cuidados y peor aun,
como en el proceso productivo no se los costea,
no se internaliza el
valor de estos bienes libres, disfrazando así la ineficiencia de las empresas y
del actual proceso productivo. La lluvia, por ejemplo, vale mucho y cuesta
nada.
El objetivo de las empresas debería ser el lograr
su ganancia produciendo las cosas
esenciales que se necesitan para el bien vivir. Pero una economía en permanente
expansión, con el afán de vender se necesita crear demanda artificial mediante
la propaganda y vender lo que es más lucrativo. Producimos más cosas superfluas
que las realmente esenciales; se fabrican bienes con periodos de obsolescencia
cada vez más cortos y eso contribuye al despilfarro de materias primas y la
generación de desechos. Se producen miles de productos inútiles, pero aquellos
bienes necesarios, los que no están acompañados de demanda monetaria no se
producen.
DESARROLLO SOSTENIBLE
Ante la inviabilidad de este modelo depredador
surgió la idea del Desarrollo Sostenible que se contrapone a la idea del
crecimiento ininterrumpido. El Desarrollo Sostenible no es una mera
preocupación romántica por el entorno, los pajaritos y las flores; es una
exigencia de futuro y bienestar para la humanidad, una exigencia para no
retornar a situaciones de carencia extrema.
Tampoco se trata de mitificar el pasado, como el
retorno a las comunas y sistemas agrícolas primitivos. La realidad es que la
agricultora itinerante de tumba y quema, destruye el bosque y logra
rendimientos agrícolas miserables (salvo que se siembre coca) que perpetúan la
pobreza, y a costa de un inmenso deterioro ambiental.
Se trata realmente del presente y de nuestro futuro,
y por ello es imperativo utilizar la ciencia y tecnología para lograr una
producción limpia y sostenible, que use cada vez menos materias primas.
Las recomendaciones del
Desarrollo Sostenible, de cómo actuar y que hacer, han sido presentadas en múltiples estudios y
foros y tienen que ver con el control poblacional, con modificar el
enfoque de la estructura del consumo de bienes y usar los recursos de manera
responsable.
Se propugna esencialmente una
economía, que no consuma los recursos renovables por encima de su tasa de
regeneración; recursos no renovables por encima de su tasa de sustitución y
vertido de residuos por encima de sus posibilidades de asimilación.
Aplicar procesos productivos que
internalicen los costos sociales y ambientales y muestre el verdadero valor de
los bienes producidos. Una economía que privilegie los productos con valor
agregado generado por el trabajo y la innovación tecnológica.
Aplicar
procesos de producción más eficientes, aumentar el reciclaje y la reutilización
y conseguir una mayor eficiencia energética, para ahorrar materias primas y energía.
Como estas medidas disminuyen el consumismo y por
tanto frenan la producción industrial como la conocemos; surge inmediatamente
la preocupación de como generamos empleo e ingresos para las personas en una
economía que no crece permanentemente.
Un camino es promover una
economía de consumo material reducido e inmaterial masivo (mas software que
hardware), usando las modernas tecnologías para dar satisfacción a las reales
necesidades humanas.
Como el Estado no conoce el
coste real de su intervención, actúa sistemáticamente de forma ineficiente e irresponsable,
y como consecuencia gran parte de los gastos de los consumidores y de las administraciones
públicas, se dedican a
corregir o evitar los males causados
por la propia economía y no a producir bienes y servicios esenciales.
En consecuencia se debe propender hacia el Estado mínimo a través de la descentralización
autonómica y municipal a todos los niveles, asociándose luego a nivel global y
por encima de las fronteras para lograr los más variados fines al margen y
fuera de los Estados.
La especulación financiera y bursátil es la causa de
las grandes crisis, por lo que es necesario establecer una banca libre, donde
sus agentes estén
sometidos y cumplan estrictamente las normas y principios tradicionales del
derecho y un sistema de banca con un coeficiente de caja del 100% para los
depósitos a la vista.
Es necesario modificar las pautas del trabajo, por
ejemplo, ampliar (como lo sugiere Carlos Slim) las horas de trabajo a doce por
día y reducir los días de trabajo a tres por semana, con el consiguiente ahorro
de energía y liberación de tiempo para dedicarse entre otros oficios creativos
y recreativos, por ejemplo trabajo por Internet y donde sea posible, cultivos familiares de autoconsumo.
El progreso que anhelamos es para vivir mejor, no
para vivir peor durante más tiempo, y el error surge cuando confundimos
crecimiento con progreso. Una economía que necesita crecer permanentemente es
inviable en un mundo de recursos limitados.
Es una economía que tiene similar comportamiento al
andar en bicicleta, si se detiene o dejamos de pedalear, caemos; por ello el
reto es revisar el modelo económico y tecnológico, promover pautas éticas y avanzar
aprendiendo de los errores; se trata de un esfuerzo sostenido y de largo plazo
pues debe actuar sobre el natural comportamiento egoísta de las personas.
Construir un mejor presente y
futuro es responsabilidad de las elites intelectuales, morales y las familias,
trabajando sobre la mente y el corazón de las personas, empezando con los
niños, creando conciencia para conservar el ecosistema del que somos parte.